Al observar el cielo en una noche estrellada, no puedo menos que preguntarme cómo podría
percibirse lo infinito cuando apenas soy capaz de reconocer lo inmediato.
Me resulta altamente inspiradora la noche de intenso azul de fondo con miles de chispitas titilando,
que han sido el motor de mi búsqueda interna.
Me resulta hasta paradójico que, buceando en los confines del cosmos, se me abrieran las puertas
de los recónditos rincones del corazón
El sendero del ángel
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