INTERCONEXION

Sumido en un estado de relajación, mire a alguien a los ojos. No se trata simplemente de que esa persona le devuelva la mirada, ya que eso es algo habitual, sino de ir más lejos. Mire más allá, detrás de la superficie de esos ojos. Intente ver el alma, y si lo consigue se dará cuenta de que esa persona tiene más profundidad de lo que parece, de que va más allá del cuerpo físico. Usted ya sabe que todo el mundo tiene alma, igual que usted mismo, y que las de ellos y la suya están conectadas. Si el alma que ve, el alma que le devuelve la mirada, es la suya propia, habrá alcanzado un nivel más profundo y se dará cuenta de que todos estamos hechos de la misma sustancia y de una única alma. ¿Cómo es posible, pues, no sentir compasión, si, cuando tratamos a otra persona de forma humanitaria, en realidad nos estamos tratando así a nosotros mismos? Al amar a otro, ¿no nos amamos a nosotros mismos? Brian Weiss