En nuestra vida terrenal, es difícil recordar que somos almas
y no simples cuerpos físicos. Constantemente nos distraen
las ilusiones y desilusiones de este mundo.
Nos enseñan que el dinero, el poder, y el prestigio
y las posesiones materiales son de suma importancia
y a veces incluso el motor de nuestras vidas.
Nos enseñan que para ser felices tenemos que lograr
que los demás nos aprecien y nos respeten.
Estar solo, nos dicen, es ser desgraciado.
En realidad somos seres inmortales que nunca se separan
energéticamente de los que aman.
Tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas.
Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre.
Nunca estamos solos.
Al morir no nos llevamos las “cosas” que poseemos.
Nos llevamos nuestros actos y nuestras obras,
los frutos de la sabiduría de nuestro corazón.
Cuando despertamos a la idea de que todos somos seres espirituales,
cambian nuestros valores.
Y por fin podemos ser felices y estar en paz.
- Brian Weiss
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